Uno está escuchando alegremente el nuevo disco de Felipe Moreno y de repente aparece Hugo Chávez hablando. Cresta. Lo que era un disco de rock pop con una onda que me recordaba los mejores tiempo de Babasónicos, de repente tiene un aire a espiritismo. A Moreno se le ocurrió samplear en una de sus canciones una de las frases más famosas de Chávez, una que dijo frente a las Naciones Unidas: "el propio Diablo está en casa. Ayer estuvo el Diablo aquí. En este mismo lugar huele a azufre todavía".

George W. Bush, alias "El Diablo", quizás nunca vaya a escuchar el disco de Moreno. Quizás ninguna de las personas que haya estado presente en esa sesión de las Naciones Unidas vaya escuchar el disco. Con ese gesto irónico, Felipe Moreno no va a lograr que se acaben las guerras interesadas de Estados Unidos alrededor del mundo, tampoco que se acabe la hiperinflación en Venezuela, que haya educación pública decente en Chile o que Corea del Norte se democratice. Lo importante es que el disco está bueno y te puede interesar.

La música de Moreno, como ya lo dijimos, tiene un aire estético sonoro similar a Babasónicos. Esto no es para nada un defecto, es una buena virtud. La primera canción del segundo volumen de "Caravanas sin Gravedad" parece una canción sacada de "Jessico", tiene esa sintonía en guitarra. Le pones play y te gusta, dan ganas de tomarse una chelita, de carretear, de relajarse. Eso es lo que uno espera encontrar en el resto del disco, pero no, ¡sorpresa!. Me gusta Babasónicos y en general el rock argentino (siempre nos han llevado ventaja en esta música), pero el tono del disco va cambiando, tiene bastante más que ofrecernos. 

La placa tiene personalidades múltiples. Hay varias señales de este rasgo, pero las cosas quedan muy claras cuando ya se está terminando el CD, con "A salvo esta noche". El estado de ánimo decae y se pone intenso notoriamente, De la alegría irónica de Babasónicos, Moreno nos lleva a una depresión fuerte, al estilo de Trent Reznor. La canción se parece a "A warm place" de Nine Inch Nails y está hinchada de congoja y tormento. Hace tiempo atrás vi a Felipe Moreno + Trip en vivo. No me pareció un sujeto deprimido para nada, hace un muy buen show y su guitarrista toca una Gibson Les Paul con un amplificador Orange, una excelente combinación. 

Con este álbum Felipe Moreno se despachó un disco con música muy bien trabajada. No es fácil usar guitarras con miles de efectos y lograr que suenen bien. Se necesita técnica, talento y responsabilidad. 

El fonograma termina con Moreno ahogándose en un agua sin peces. El avión en que viaja se cae. Reitero, el disco parte con un estilo rock-pop alegre, feliz de estar vivo, pero se termina con unas letras reznorianas un poco inquietantes. Felipe, ¿qué estaba pasando?