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Su primera batería fue una clásica “Maxtone”, comenzó en los tarros de manera autodidacta, después tomó clases particulares, estuvo mucho tiempo enfocado en el rock (con sus bandas: Sátiro y Vasallo), pero hace algunos años su vida dió un giro al empezar a tocar cueca. ¡En esta oportunidad Rodrigo Vargas visita nuestro "Backstage"!

¿Cómo llegaste a la batería?, ¿a qué edad?, ¿te acuerdas de algún momento que marque un antes y un después respecto a tu acercamiento a este instrumento?

Rodrigo Vargas: “Mi llegada a la música es bastante accidentada y tardía. No vengo de una familia donde existieran músicos, ni tampoco instrumentos musicales. Crecí en una parcela en Peñalolén, desde chico jugué y trabajé en la tierra con las herramientas como arados, azadones y palas y creo que esas cosas me hicieron descubrir que existía temple musical en el roce del metal, en cómo se transmitía sonoramente la vibración de los golpes a través de los mangos de madera de esas herramientas. En fin, música había cada vez que trabajé con ellas. La percusión me fue más amistosa y cómplice por mi formación de vida. Me iba pateando piedras camino a la escuela, con un palo golpeaba el suelo cada dos pasos que avanzaba, crecí clavando maderas y construyendo juguetes, etc. Armé mi primer set de batería compuesta de tarros, ollas viejas, latas y palos de escoba, con todo esto me creía Gabriel Parra ó Lars Ulrich”.

¿Podrías nombrarnos tres bateristas que te hayan marcado de una manera fuerte a la hora de tocar?

Rodrigo Vargas: “Difícil definir una respuesta en este aspecto, se me vienen a la cabeza varias cosas, como por ejemplo el sonido marcado del tambor de Willy Iturri, el solo de batería del tema “Get Ready” de Rare Earth, hasta la figura de Animal (personaje de Muppet Show). Pero en nuestro contexto local me gustaba mucho ver en la TV el programa “Cuanto Vale el Show, porque en la orquesta tocaba Patricio Salazar (¡caída de carnet en mala!)  y alucinaba con su estilo y quería imitarlo. Entre amigos nos juntábamos en la casa de alguno de ellos y tuve la oportunidad de escuchar en vinilo el disco “Kill 'Em All” de Metallica y me voló la cabeza, ese día me empezó a gustar el trash (ja,ja,ja), yo quería ser Lars Ulrich. En el colegio tuve un compañero melómano que siempre andaba con muchos cassettes en la mochila y me llamó mucho la atención una carátula, se trataba del disco: “Para Los Arqueólogos del futuro” de Congreso, se lo pedí prestado y ahí escuchando camino a mi casa quedé pegado con el beat de “En Todas Las Esquinas” de Sergio  “Tilo” González, fue potente y recuerdo muy bien ese instante en que rebobinaba en mi Walkman esa canción en particular”.

¿Tres agrupaciones nacionales e internacionales que recomendarías?

Rodrigo Vargas: “A nivel nacional en el día de hoy creo que hay mayor cantidad de buenos músicos, más que buenas bandas. Aun así, es difícil casarse solo con tres agrupaciones, así que en esta pasada recomendaría de alguna manera proyectos con trayectoria y calidad musical, creo que Inti Illimani Histórico son exponentes genuinos de una expresión musical de raíz, casi una institución diría yo, así que sería una de esas bandas que recomendaría. También creo que Los Tres hicieron un camino que los hace acreedores de tantos seguidores e influencia para muchos músicos. Por último, Los Bunkers, quienes logaron un sonido y reunieron como banda parte de la identidad musical que se ha desarrollado en los últimos años en nuestro país”.

“A nivel internacional diría, escúchate estos proyectos, Dave Matthews Band, The Mars Volta, Divididos y Muse, entendiendo que detrás de todo esto están los imprescindibles”.

¿Cuál fue tu primer disco?, ¿cómo llegó a tus manos?

Rodrigo Vargas: “Tuve muchos cassettes re-grabados de varias cosas, pero recuerdo que mi primer disco fue: “Doble Opuesto” de La Ley, me lo regaló un vecino que era gerente de la EMI Odeón y bueno, ahí aparecen las baterías de Mauricio Clavería y toda su onda como músico, ¡una verdadera maquina!”

¿Qué crees que es lo más relevante a la hora de elegir una configuración para tocar en vivo y grabar en estudio?, ¿qué aspectos privilegias?

Rodrigo Vargas: “Fue realmente revelador cuando pude grabar de manera profesional, eso marcó un antes y un después en lo que venía haciendo. Es una foto muy nítida de ese momento, el que te permite entender si hay coherencia en los elementos que usas en tu kit, así como también darte cuenta de lo que no debes seguir haciendo y/o usando. Después de eso, rescato que uno debe tocar cómodo, entender que menos es más, hay que justificar bien las piezas que usas en tu batería. Detalles como el tipo de parches, la afinación de los tambores, los platillos que usas determinaran el sonido que quieres lograr y destaco que ese sonido esté al servicio de la banda o proyecto que se está grabando. Cuando los integrantes de una banda compiten desde su instrumento, es probable que no encuentren el camino. Creo que lo mejor es abordar el instrumento que tocas con honestidad reconociendo tanto tus virtudes, como las limitaciones”.

Cuéntanos respecto a tu equipamiento, descríbelo un poco y justifícalo.

Rodrigo Vargas: “Con los años uno va probando configuraciones y piezas buscando un sonido que a veces ni existe (ja,ja,ja) y un tiempo creí tener “Mal de Diógenes”, amontoné puros cachureos y hoy por hoy tengo definido un kit para rock compuesto de un set Ludwig Keystone (24x16”, 12”, 13”, 16”) platillos Paiste 2002 y un Kit para Folk/cueca compuesto de un antiguo set Premier Inglesa años 70´s 22x14”, 13x9” y 16x16”, platos tirados para turcos y sonidos oscuros.”

¿Qué recomiendas a los músicos jóvenes a la hora de formarse musicalmente?, ¿clases particulares?, ¿buscar educación formal?, ¿asumir ser autodidacta?

Rodrigo Vargas: “Creo que hay que estar atentos y pensar en lo que uno quiere lograr y cómo poder hacerlo. Creo que no hay formula, sólo la perseverancia y ser paciente hasta que salga ese “beat” y de ahí para a delante, si te imaginas vivir de esto o hacerlo como hobby, sencillamente hacerlo bien y de corazón”.

¿Puedes comentarnos en qué proyectos te encuentras involucrado en este momento?

Rodrigo Vargas: “En este momento estoy trabajando en dos proyectos que aún no ven la luz y desde casi 2 años conocí el mundo de la “Cueca Centrina” (Brava o Chora como le llaman). Fue muy loco todo, porque durante una vida no hice caso a este estilo musical y lo miré en menos (hay que decirlo), pero tuve la oportunidad de llegar a participar a los talleres del Club Matadero en donde conocí personas con las cuales terminamos formando una banda, la que se llama Citadinos. Entendiendo que aquí en la ciudad también hay cueca, esto nos ha permitido aprender de la tradición de antiguos cantores y cultores del oficio. Para mi asombro esto de formar parte de una banda de cuecas nos mantiene activos durante todo el año tocando en muchos escenarios”.

¿Qué planes musicales tienes a futuro?

Rodrigo Vargas: “Mi plan más ambicioso es poder tener el tiempo, la salud y los buenos compañeros para seguir haciendo con la música una forma de vivir. Mi presente musical me hace creer que lo mejor siempre está en esa canción que aún no hemos compuesto”.

¡Gracias por tu tiempo Rodrigo y esperamos que sigas viviendo vinculado a la música!

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